Matices

Un diente de león no es nada. Es la levedad de un suspiro, el fugaz anhelo de un beso, el minuto de gloria o de pena. Es el baile de la espora en la pista de baile azul, manchada de blanco. Es el alimento efímero de la mirada de los hombres que miran al suelo  y sueñan con otros horizontes. Otros días, quizás. 

Qué o quién impedirá que vuele
Hay pieles a las que no les viste bien el amarillo. La piel, ese órgano kilométrico que se repliega y se acomoda según las circunstancias. El azul es el bálsamo de los ojos cansados. Y el verde... su solaz.

En el horizonte, las montañas azules, más azules que nunca
Y vallar el paisaje, para que no se fugue. Y así, solazarse e impregnarse de melancolía o de risa, según el instante. 
Quién fuese encina o nube. O brizna de hierba sin memoria, ni dolor

Encontrar todo lo que se precisa en una tarde de sol. 


Comentarios

Jésvel ha dicho que…
Poético texto y poéticas poesías.

Seré un poco vanidoso... pero me siento homenajeado con el diente de león.
María Antonia Moreno ha dicho que…
:) Gracias... me alegro. Recuerdo tu comentario sobre esas flores efímeras... bellas por eso mismo.

¿Poesías?

Buen sábado...
Jésvel ha dicho que…
Sorry. Quise decir "poéticas imágenes".
María Antonia Moreno ha dicho que…
Me parecía... :)