Recordando a Jane Austen

Jane Austen pudo morir envenenada... así reza el titular de la noticia. Parece que una escritora, Lindsay Ashford, ha hallado evidencias de que a Jane la mató el arsénico. Arsénico, ingrediente fundamental en numerosos remedios de la época. El remedio en cuestión, (el que pudo tomar Jane) lo mismo servía para curar la sifílis que el reuma,  ¿tal vez el mal de ojo?
Pobre Jane. Aunque, qué literario. Languidecer,  planta silvestre que se ahoga en una habitación cerrada.  Y qué triste. 
Hace tiempo la evoqué, escribiendo en una pequeña salita, escondida del mundo y de sí misma. Eso sí fue alegría.
Cuántas veces, cuando no puedo escribir, cuando un roce, una palabra, un sonido indeseado... me sacan de la abstracción que necesito para (paradójicamente) refugiarme en la escritura... recuerdo a Jane Austen.  (Me consta que alguien más lo hace). Porque Jane, se me antoja, fue o deseó ser Emma. Elizabeth. Encontrar a su Darcy o ... una habitación propia para escribir, y ser, simplemente (qué difícil) feliz.


¿Y cómo recordar a Jane, en su justa medida ? Tocando el orgullo, el sentido, la sensibilidad... de sus palabras. 

Laura Pausini, "Cómo si no nos hubiésemos amado". Para ti, por supuesto

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