Para todos los que, de un modo u otro, se dedican al noble oficio de contar cuentos
Que los cuentos son importantes, siempre lo supe. Refugio, descanso, solaz, intrépido viaje, lágrima y sonrisa. Lo supe.
Supe que eran necesarias las voces que cuentan, hace tiempo. A veces, la voz es narradora experta. Cuenta en bares, calles, bibliotecas, alegra a las gentes en los parques, despierta la mirada de los ancianos, aviva el sentimiento y hermana distintas voces. Porque todos somos diferentes y tan iguales.
Pero sucede, a veces, que la voz que narra es cercana. Que está a tu lado, todos los días. Y que es dulce. Cuenta y cuenta. Nadie la enseñó, si acaso, el flequillo de aquel niño, los ojos aguamarina de esa niña. Un elefante rosa que come peonías y un ratón que atesora rayos de sol, porque es poeta.
He vuelto a sentir la magia de las estaciones del año, he querido ser la cigarra que canta y baila para alimentar a las hormigas... pobres. Olvidaron que las palabras son esenciales.
Así ocurre con Frederick, el ratón que atesora rayos de sol. Hoy, la magia me ha tocado, engrandeciéndome y haciéndome pequeñita. Porque todos los ratones son importantes.
Gracias, Mª. Ángeles.
Comentarios
Y sí, Jesús. Es nuestra Mª. Ángeles. Y hay que hacer lo posible por no olvidar esa literatura...! Saludos!