Coger el fruto de la rama más alta

Hay autores que te zarandean y el ánimo y el corazón y el alma se te quedan maltrechos, soldados asustados en la trinchera del mundo. 
Otros hacen que el corazón se te vuelva más grande. Más libre. Más ligero. Y te descubres liviano, ágil, alegre y melancólico. 
Unos y otros son necesarios, se me antoja. Unos para recordarte lo terrible de los humanos, que no aprendemos, que no queremos aprender, que tenemos mala leche, para qué negarlo. 
Otros para que no te olvides de los colores, de la luz, de la sonrisa. De lo bueno. De la música. De la palabra. De una mano. De algo que compartiste una vez. Del canto del gallo y de la veleta. De cómo brilla el pendiente en el lóbulo de una muchacha. De lo tentador que es el membrillo de la rama más alta. 
No tengo que explicar dónde sitúo a Manolo. Más palabras, ya sobran. 


Comentarios

Isabel Barceló Chico ha dicho que…
Maravilloso tu Manolo. Que no te falte nunca, puesto que te inspira tanto. Besazos.
María Antonia Moreno ha dicho que…
Querida Isabel. A veces pienso que escribo como escribo por las letras, los ritmos, los dibujos de Manolo García. Creo que me influye más (quizás debería decir igual) que otras "lecturas" de mi vida... en fin, todos tenemos un oasis en el que descansar.
Besos