Hay un auditorio misterioso, de increíble acústica (también lo hay en la Cueva de los Verdes, en lo más profundo); hay una palmera solitaria que se refleja en una piscina azul, orgullosa, temeraria. Hay cactus y florecillas y escaleras que suben y te transportan a la superficie, donde están los volcanes que se apagaron en el mar. El museo muestra bombas, olivina, lava y piedras que vomitan volcanes de todas las islas. Susurros de agua y enredaderas que caen, la inevitable tienda de regalos y un paraíso que Manrique convirtió en algo más, algo que ayuda a preservar la riqueza escondida de Lanzarote.
Los Jameos del Agua son como un teatro en el que se representa un trozo de Caribe, en el que viven los cangrejos que se adaptaron a lo más riguroso (como todo en esta isla), en el que un camarero te explica amablemente que a las cinco el agua cubre hasta la cintura, señorita. Las plantas cuelgan de jaulas suspendidas en el techo y hay toldos que se desplegarán cuando el sol arrecie.Lástima que sean tan populares y que cientos de personas tengan la misma idea, ya nada original. Debe ser maravilloso pasar un par de horas aquí, en soledad, escuchando los murmullos del tiempo y el tintineo de las gotas de agua que rezuman las paredes. Sin risas, ni chillidos, sin expresiones de incredulidad: ¿dónde están los cangrejos? Esos no son, ¡si no se mueven!
Pese a todo. Es un trocito de maravilla.
Fotos de María Antonia Moreno
Pese a todo. Es un trocito de maravilla.
Fotos de María Antonia Moreno
(Blogger tiene vida propia y no he podido intercalarlas en el texto, como era mi intención... espero que no quede así muy mal. Gracias)
Comentarios
Desde que empezaste esta serie sobre Lanzarote lo estaba esperando :)
Abrazos
Gracias por prestarme tus ojos
Un beso de cangrejo
Besos para los 2