Se transita por la vida mientras jirones del alma se van quedando enganchados en las zarzas que te salen al paso en los días.
Son esos pequeños e íntimos desgarros que nadie nota, apenas tú, si no fuese por una minúscula desazón que se instala en mitad del pecho y que no pasa de ser un murmullo molesto y desasosegante… como cuando duele una vieja herida o molesta una cicatriz antigua.
Son esas decepciones que se van posando en ti como pájaros de mal agüero, negros y pequeños, picoteando y rompiendo, deshaciendo.
Íntimos desgarros que, si tienes suerte, se reparan con una sonrisa y casi ni se nota la costura.
Son esos pequeños e íntimos desgarros que nadie nota, apenas tú, si no fuese por una minúscula desazón que se instala en mitad del pecho y que no pasa de ser un murmullo molesto y desasosegante… como cuando duele una vieja herida o molesta una cicatriz antigua.
Son esas decepciones que se van posando en ti como pájaros de mal agüero, negros y pequeños, picoteando y rompiendo, deshaciendo.
Íntimos desgarros que, si tienes suerte, se reparan con una sonrisa y casi ni se nota la costura.
Comentarios
Recien planchados, vaya.
Un abrazo
Un abrazo