Sobre flamencos

Alguien a quien me precio de conocer dice siempre que hasta para tener mala leche hay que tener clase. En realidad, esta persona suele decir otras muchas cosas con buen sentido común (ese sentido que resulta tan, paradójicamente, poco común), como por ejemplo, no hay que gastar esfuerzos en eso/ella/el porque no merece la pena desgastarse con algo/alguien que es o tiene tan poca sustancia.
Esto va de palabras, esas que se repiten, se escriben, se murmuran, que viajan tan rápido como los flamencos en pos de alimento y, una vez llegadas al terreno propicio, fecundan y se reproducen: pequeñas aves grises de malos augurios.
Al contrario que estas avecillas que, si todo va bien, se tornarán rosáceas y gráciles, hay palabras con mala leche que jamás se vuelven blancas, sino que con el paso del tiempo se oscurecen y se vuelven más y más negras.
Escribir con ironía y gracejo es un arte al alcance de unos pocos. Escribir con mala leche casi lo puede hacer cualquiera, pero hay que saberlo hacer con clase.
Termino y me quedo con los flamencos, sin dudarlo. Otras cosas no se merecen más esfuerzos.




Flamencos descansando en una salina murciana

Comentarios

Xibeliuss ha dicho que…
La sabiduría popular: dueño de tus silencios, escalvo de tus palabras.
Saludos.
alicia ha dicho que…
Esos pájaros grises y malhumorados se disuelven como humo en el aire de la mañana a través de tus ojos. No te darán alcance
Patricia ha dicho que…
Yo también me quedo con los flamencos.
Pero la respuesta a tu persona es en palabras. Ya ves, escribo a tu persona, no hay muchas.
Me gustaría mandarte un flamenco, en lugar de gracias por tus palabras. Vuelan seda y cruzaron mi cabeza.
Breve, austera. Me gustó la reflexión y más también.
Sutil.
María Antonia Moreno ha dicho que…
Queda claro que nos quedamos con los flamencos. Un saludo a todos, gracias
Q ha dicho que…
"Hasta para tener mala leche hay que tener clase!!" Muy bueno jaja!
Saludos
Sol
revistaq.net
María Antonia Moreno ha dicho que…
A que sí, Sol? Bienvenida