He llegado tarde y no he visto a los pájaros avanzar y retroceder, dar piruetas, danzar, dibujar puntos, comas, flechas.
He llegado tarde y no he visto las luces de las farolas tachonando el río oscuro.
He llegado tarde y no he visto las luces de las farolas tachonando el río oscuro.
He llegado tarde y los árboles parecían árboles y no fantasmas de un invierno.
He llegado tarde y el cielo ya era azul y rosa y un punto amarillo en el horizonte.
He visto a las catedrales esconderse tras las ramas mientras el día avanzaba, pero ya los pájaros se habían ido.
He llegado tarde y no he sorprendido al alba desperezarse; la he encontrado ya arreglada, dispuesta a empezar el día. Se había maquillado en tonos cálidos, suaves. Y había izado la persiana.
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Un abrazo.
Un abrazo