No falla. El último en enterarse es siempre el apaleado. Que te pone los innombrables tu pareja, el último en percatarse del papelón. Que siempre eres el último en la cola de la caja del hiper, será porque no eres previsor y no porque se te cuele todo cristo. Que te despiden, pues firmas el finiquito pensando que es una felicitación por Navidad. A mí me lo acaban de comunicar y, claro, lo he sabido la última.
¿Razones? Que hablo demasiado, dicen. En fin, hablar, hablar… la verdad es que un poco. Pero qué quieren. Si yo lo que tengo es una gran capacidad de relacionarme: empatía, inteligencia emocional… llamémoslo X. Que sólo tengo 20 minutos para tomar un café y lo extiendo a hora y media. Pues sí, pero no es mía la culpa, no. Es que me reclaman, me ruegan, me solicitan. Es que soy así de entretenida, qué le voy a hacer. Que lo mismo hablo del plan estratégico que de los huesecillos de la Beckham. Pues eso. Que tengo un atraso de entrega en los informes, memorias, proyectos… de dos años. Pues sí. Pero qué es lo que esperan. Si tengo un enorme potencial de trabajo: ¿también tengo que contarlo? Pues sí que… Y ahora esto. No sé cómo no lo vi antes, con mi natural perspicacia. Si había indicios cristalinos, como de agua pura. Un cartel con un monigote que escapa aterrado por unas escaleras, sobre mi nombre. Ese fue el principio del fin. No hay derecho.
¿Razones? Que hablo demasiado, dicen. En fin, hablar, hablar… la verdad es que un poco. Pero qué quieren. Si yo lo que tengo es una gran capacidad de relacionarme: empatía, inteligencia emocional… llamémoslo X. Que sólo tengo 20 minutos para tomar un café y lo extiendo a hora y media. Pues sí, pero no es mía la culpa, no. Es que me reclaman, me ruegan, me solicitan. Es que soy así de entretenida, qué le voy a hacer. Que lo mismo hablo del plan estratégico que de los huesecillos de la Beckham. Pues eso. Que tengo un atraso de entrega en los informes, memorias, proyectos… de dos años. Pues sí. Pero qué es lo que esperan. Si tengo un enorme potencial de trabajo: ¿también tengo que contarlo? Pues sí que… Y ahora esto. No sé cómo no lo vi antes, con mi natural perspicacia. Si había indicios cristalinos, como de agua pura. Un cartel con un monigote que escapa aterrado por unas escaleras, sobre mi nombre. Ese fue el principio del fin. No hay derecho.
Comentarios
Feliz año para ti también y un abrazo muy grande.
Es ficción, ficción... no lo he perdido, no, empecé el día 2 trabajando, trabajando...
Besos ji ji
besitos de hada volada
Hala, taluego
Bes
Ea, ánimo!!! tómate un trocito de mi tiramisú y verás las cosas de otro color!
un beso.
Feliz año!
Gracias por prestarte a leerlo.
Muas.
Ya sabes que, el humor y la ironía enmascaran muchas verdades. Pero todavía conservo mi trabajo y no tengo la saludable costumbre de estar hora y media en el café. Algo cierto: hablo y hablo. en fin, nadie es perfecto. Pues eso. Ah! me tomo el tiramisú igual.
Besos