Moisés Corvo

No hay dieta que se precie sin su recaída. Pues bien, he recaído. He vuelto a leer novela negra. No, no tengo remedio. Pero, si se trata de La mala mujer, de Marc Pastor, tiene un pase, ¿no?

Moisés Corvo es policía de moral flexible, casado infelizmente, frecuentador de prostíbulos y que no dice que no a un dinero ganado, si no honradamente, sí en el ejercicio de su profesión. Corvo, cuarentón y bajo de forma, bebe demasiado, trasnocha demasiado y es un tipo que no despierta muchas simpatías, si no fuese porque no tolera que alguien haga daño a un niño. Acompañado de Malsano (vaya nombrecito), Corvo se ve inmerso en un caso estremecedor (y real) de la Barcelona de principios del siglo XX. Los niños más desfavorecidos, lo hijos de las prostitutas, los que viven en la calle, esos que nadie echa en falta porque no tienen a nadie que les quiera... desaparecen y Moisés Corvo no se conforma con la rápida (y oficial) resolución del caso. Páginas en las que sientes escalofríos, incomprensión y terror al saber que esta novela está basada en hechos reales.

La mala mujer es novela negra, muy buena novela negra. Y luego, Bioko. Otra sorpresa. En Bioko, Fernando Poo a finales del siglo XIX, nos encontramos con un Moisés Corvo joven, de veinte años y en plena forma, que apunta maneras de superviviente. Huyendo de un padre maltratador, Corvo se alista en el ejército y termina desterrado en la isla (que saca lo peor de los hombres), gracias a trapicheos e insurrecciones varias. Bioko es novela de aventuras, que mezcla intriga y terror, además de ciencia ficción. Corvo se revela como un personaje que no acepta quedarse sin respuestas, aunque éstas puedan costarle la libertad, o la vida. Paisajes verdes y azules, enfermedades, humedad, calor furioso, racismo, violencia explícita y soterrada, la sombra de Julio Verne y de un famoso asesino, la presencia de un (no menos famoso) artilugio literario... (estupendas las ilustraciones de Oriol Malet).


Y si hay que recaer en la novela negra, que sea por una buena causa, como la literatura trepidante, emocionante y rotunda de Marc Pastor. 

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