Aunque haga sol y las chaquetas nos sobren a mediodía. Aunque alguien (un ángel despistado, un dios menor, un hada volatinera) despeje el cielo de nubes altas y bajas. Aunque la luz sea blanca y el aroma rico y dulce. Aunque parezca mentira. Llegó el otoño y los sabios árboles lo saben. Lo saben cuando se sacuden de encima las hojas gastadas. Lo saben cuando se visten de amarillo y ocre, porque el verde ya no se lleva, el verde es para el mes de julio, o el veraniego agosto, quizás para el septiembre iniciático, no para octubre. Lo saben los árboles; llegará el frío y nos arroparemos el corazón para protegerlo del frío y la lluvia. Lo saben. Aunque parezca mentira, ellos lo saben.
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| Un árbol sabio |
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La foto, tomada en agosto en Zamora, es mía.
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