Acabo de terminar dos novelas muy distintas, Momo y Marie y También esto pasará. Momo y Marie es una deliciosa historia que se desliza entre la ternura, la tristeza, el oprobio, la dignidad y el amor como salvación. También esto pasará es una obra irreverente y dolorosa, valiente y basada en la vida de la autora, Milena Busquets. Pero hay algo que une a una y otra.
La novela de Philippe Hayat cuenta cómo Maurice (Momo) y Marie sobreviven en el París de la Segunda Guerra Mundial, cuando sus padres son detenidos en virtud de la Ley de sospechosos. Los niños, huérfanos de hecho, malviven en un cuartucho de un edificio de seis pisos, junto al Mercado de Abastos parisino. Con catorce años, Momo es el hombre de la casa y ha de cuidar de su hermanita Marie, de once... pero está el hada madrina, Bulle. Bulle es una mujer hermosa, de carnes blancas y abundantes, de melena indómita de color del fuego, de cejas como arcos de iglesia gótica. De amor sin fin. Bulle es su hada madrina, sí, un hada que a su vez se sirve de Momo y Marie para llenar sus días, sus noches, para sentirse feliz con ese amor tan verdadero. Pasa el tiempo entre trapicheos, robos menores, anhelos paternales y... Momo crece. Bulle y él se aman, y ella le dice que no se lo tome en serio. Al finalizar la guerra, él estará en el lugar que debe, y ella también. La ligereza será nuestra elegancia, Momo.
La novela de Milena Busquets comienza y termina en el cementerio de Cadaqués. Blanca, la protagonista, una mujer que ha cumplido los cuarenta y tiene dos hijos, narra el duelo por la muerte de su madre, así como el consuelo, el refugio en la amistad, en el sexo. Novela una forma de vida, la de la gauche divine barcelonesa y sus veranos en Cadaqués, cuando los niños eran personas a medio hacer que debían ganarse la admiración de unos padres progres que se bañan desnudos y son libres en el amor. He leído varias críticas de También esto pasará, y no estoy de acuerdo con las que la tachan de niña pija que todo lo tuvo. Sí, no podemos elegir dónde nacer. Sí, quizá (y hasta cierto punto) cómo vivir. El caso es que en un momento de la narración, leí La ligereza es una forma de elegancia. Vivir con ligereza y alegría es dificilísimo.
Vivir. Ligereza. Alegría. Presente. Ya lo dijo Rosa Montero: La ligereza, que no tiene nada que ver con la superficialidad sino con vivir el presente, apartar dolores innecesarios y superarlos.
Ea. Ya tienen lectura para un rato.
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