Lo superfluo

Para ti


Cuando tengo veleidades frívolas (¿quién no las tiene?) me basta con mirar alrededor y buscar la sonrisa de una niña que se cree (y lo es) princesa de su casa. Cuando siento que no podré vivir sin esto o aquéllo, me miro en los adentros y encuentro el sosiego en un libro, en el recuerdo de un paisaje, en las palabras de alguien importante para mí. En una canción. Y luego, ya sólo me queda dejar fluir el día, con sus sinsabores y pequeñas alegrías... minúsculas como el pétalo de una flor silvestre, preciosas como el agua que cae (o debería) en un verano tan tórrido como éste.
Y dejar pasar la tarde, frente al paisaje, con un telar en el corazón. 

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