¡Ese esparadrapo!

Hay esparadrapos que se empeñan en adherirse una y otra vez  a ti. Haces lo imposible por despegarlos, sacudes las manos, los tiras a la papelera más cercana o los depositas (sin querer) en el sombrero rosa de alguna pasajera de autobús. 


Tomada de la página oficial de Tintín

Como las promos vergonzosas. Las últimas semanas, escuchando el programa de radio de una emisora local, he caído en la cuenta que dicha radio lo mismo te vende un jamón o te recomienda su pueblo (que mira que es rebonico), que te insta a acudir al club de señoritas que desde ya, dan pases privados desde (¡¡agárrense!!) las once de la mañana. Con copa incluida.Tú te vas al club ese y oye, que te tomas una copa y ves a las señoritas en privado y en público desde buena mañana, por si tienes urgencias. Lo que me pregunto es cómo puede el locutor de radio anunciar una gymkana infantil organizada desde el CEIP de turno y los bailes en el club con el mismo entusiasmo. Oye, que la copa es gratis. Oye, que las chuches las pone el kiosco X. Hay promos vergonzosas que por más promos que hagas después, se adhieren a ti y te persiguen de por vida. Igual la emisora, el municipio, el locutor... deberían tenerlo en cuenta. Digo yo. 

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