Una y otra vez

Que levante la mano quien no haya querido alguna vez tener la oportunidad de repetir algo que salió mal. Un minuto, un día, un año. Una palabra que pronunciaste y debiste callar. Algo que no debiste hacer. Algo que hubieras debido hacer. Una calle que no recorriste, un beso que no diste. Aquel encuentro o aquella cita. Te esperaron, pero no fuiste. ¿Qué hubiera ocurrido si hubieras ido, si hubieras cruzado la carretera, si hubieras paseado por el parque, si hubieras cogido el teléfono? 

Este verano, una de las novelas que más me ha impresionado ha sido Una y otra vez, de Kate Atkinson. Úrsula Todd vive su vida (más corta, más larga, sin conocer el amor, viviéndolo plenamente, sin ser madre, siendo madre, sobreviviendo a las guerras, sin sobrevivir a las guerras, siendo víctima de un crimen, librándose de un crimen, etc.) una y otra vez, como reza la inteligente traducción del no menos inteligente título original Life after life. Un ejercicio literario más que brillante que no es una novela, sino muchas. Muchas historias, muchas vidas, tantas como Úrsula o cualquiera de nosotros puede vivir, si ese día no te paras debajo de la cornisa que se desploma o aquella tarde te quedas en casa y no te atropella un coche. Me ha fascinado, me ha dejado asombrada, me ha dado envidia de la insana.

Un verano, uno cualquiera

Dicen que hasta dentro de dieciocho años no se volverá a divisar una luna tan increíble como la que hemos disfrutado a lo largo de este verano. Por si no se repite la ocasión, hay que beber el vino hasta las heces. Carpe diem, ya saben. Así, que... a leer Una y otra vez, de Kate Atkinson

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Foto: Valero, (Salamanca), verano 2014. De la autora del blog.
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