He vuelto a Canarias

Islas tendidas en el océano junto a otro continente. Hasta la NASA se enamora de estas tierras que no parecen ser de este mundo. Volcanes, vergeles, arenas blancas, negras y doradas. Cielos irreprochables y marañas de nubes. Dulces temperaturas y gentes de voz dulce. Pequeños países escondidos que se defienden de las tempestades de la vida con su fragilidad intacta. Rojos, ocres, verdes, amarillos. Aristas, barrancos, vegas, ensenadas, dunas, casitas blancas y edificios insultantemente altos. Áspera y suave, así es Canarias.

Fotografía ganadora del concurso organizado por la NASA
Y el viernes, el documental Ignacio Aldecoa, huida al paraíso hizo que volviera a tener nostalgia. Quién fuese Josefina por unos instantes para asomarme al Mirador del Río, a contemplar La Graciosa y rememorar al escritor. Tomar aire, fuerzas, inspiración y dirigirme a la isla-balandra, a navegar entre arenas y olas azules. 
Volví a Canarias con esa voluntad que no me pertenece, que no es la mía, ni de mi razón. Quizás, del corazón.

Comentarios