Esas palabras que ya no se llevan

Los que me visitáis sabéis ya hacia dónde me inclino, qué es lo que me gusta, qué es lo que no soporto. Lo sabéis. Lo leéis (espero). Así que no os asombraréis de que comparta este video de Manolo García hablando. Charlando, que no cantando. Sobre creación y gestión cultural, en la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC), en Valladolid. Una especie de masterclass, o algo así. Una reflexión, un modo de conducirse, y de mirar y mirarse. 



Ahora, que llevo en esto unos años y he escuchado a gestores culturales, a creadores, a artistas varios, a pensadores, a intelectuales. Ahora. Tal vez más de uno puede tachar al cantante de populista, o categorizar su discurso como simplista. Seguro. Pero cuánta verdad hay en las palabras de Manolo. Cuánta verdad.

Nos hemos olvidado del abecedario básico: la honestidad, la honradez, el esfuerzo, la dignidad, lo sagrado del dinero público. De la ilusión, del pundonor, del amor propio, de la inteligencia, de la pasión. De la decisión. Ese es el abecedario de Manolo García a la hora de reflexionar sobre creación artística y gestión cultural. A mí, en este punto vital en el que me encuentro, me sobran los decálogos, los gráficos, las prospectivas de futuro. Me quedo con su abecedario y con sus perspectivas. Quizás no esté de acuerdo con algunas de ellas, quizás. Pero me admira su valentía, el modo en el que se sitúa en el mundo: esta es mi manera de conducirme, y esto es lo que pienso y esto es lo que hago. Estas son mis perspectivas.

Dice Manolo muchas cosas, muchas. También dice que el gestor cultural tiene un trabajo brillante. Porque es capaz de captar la luz de los creadores y hacer que esa luz se propague, se difunda, llegue a todos. Qué hermoso. Y hacerlo con honestidad, con honradez, con ilusión, con amor propio. Con pasión. Esos conceptos y esa ética que cualquier gurú con máster y doctorado tachará de simplistas y de buenrollismo. Me da igual. Me creo a Manolo porque practica lo que dice y casi no tiene que explicarlo. Y recuperar esas palabras tan verdaderas que ya no se llevan. Mi abecedario: pundonor, decisión, esfuerzo.

Solo así saldríamos de esta y ... de todas. 

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