Horizontes




Sentir, quizás, que hay un horizonte que no sospechaste. Pero existe. Sentir que es suficiente con mirarlo un instante. Respirar. Llevártelo en la mirada. Prenderlo en tu sonrisa. Luego, seguir con el día. 
Nunca lo sospechaste, no. Pero existe. Y quizás, sólo quizás, te reconforte saber que está ahí, donde la sospecha y el sol se besan, justo antes de terminar la tarde. 

***
Estuario del Tajo, Lisboa 2013. Las fotos son mías
***

Comentarios