Exilio

Llegó el intruso a su habitación. Y aunque ha tenido tiempo de hacerse a la idea, le fastidia.
Cuando su hermano llegó, la casa estaba rara: más silenciosa y más ruidosa. No se podía poner la tele alta, ni entrar en ella dando alegres voces. Llantos y gemidos a todas horas. Era un poco triste. Y luego, su habitación. La que le correspondía por derecho. Fue asaltada.
El intruso se trasladó con toda su impedimenta. Y por la tarde, duerme. Él odia la siesta. Quizás su hermano, también… de ahí tanto pataleo. Le trae sin cuidado. Lo que de veras le enfada es que por las tardes ya no puede estar tirado en la cama, sin hacer nada más que leer y leer. Eso, se acabó. Pues vaya.
Ha buscado rincones, espacios ocultos: tras el sofá del salón, bajo la mesa de la cocina. No funcionaron. Hasta que descubrió que en el estrecho pasillo no se estaba tan mal: tumbado encima de su almohada (no podría conformarse con menos) y con una posición estratégica para espiar las idas y venidas de su madre con el intruso.
Se acomoda. A ver… por dónde iba. Las protestas de su hermano cesan de pronto. Su madre canta. Eso sí que es bonito. Bonito de veras. Sonríe, y lee.
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Me apetecía compartir aquí este audiovisual, realizado por USAL TV, que está basado en el microrrelato de la que escribe el blog y hecho para ¿Dónde lees tú? un proyecto enmarcado en Territorio Ebook, de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. El protagonista es un niño peñarandino que apunta maneras. ¿Verdad? :)
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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Bonito y enternecedor.
Recuerdos. Rafa
María Antonia Moreno ha dicho que…
Gracias, Rafa. Lo mejor de este post es el protagonista del audiovisual. Parece mentira cómo se metió en el papel, y qué poco tiempo necesitó. Fue un gusto verlo actuar y un lujo asistir a la grabación del audiovisual por parte de USAL TV. Un beso :)