Hundimientos

Una civilización, extinguida... 

Quise escapar de la fatídica fecha. Sí. El 14 de abril era el centenario, y lo supimos, lo supe, me lo adelantaron, me lo descubrieron. Incluso escuché algunas historias inéditas que merecen la pena ser contadas. Como la de la joven pareja recién casada que se embarcó en el Titanic, rumbo a la destrucción. Para no preocupar a la familia, dejaron al mayordomo en París enviando postales (cuánto glamour), y todos, ignorantes. Hasta el desenlace. El iceberg; el capitán miserable; la orquesta formada por hombres admirables; el barco monstruoso yéndose a pique; y los seres humanos muriendo y viviendo según riquezas, disposición de camarotes y clase social.  
Creía que había escapado a la efemérides (no me seduce ver la película otra vez, aunque sea en 3D; ni leer el libro; ni engancharme a más series) hasta que me encontré rodeada de los vestigios de otra civilización en el Teatro romano de Mérida. 
Es sabido que al Teatro (en el que se representaban obras en griego que nadie entendía) se iba a ver y a ser visto (en palabras de Augusto). El público prefería los espectáculos del Anfiteatro y del Circo (más movidos, por decirlo de alguna manera...); pero había que engalanarse y asistir. Otro símbolo del poder del imperio (bellísimo, sí. Pero otro símbolo). Y, atentos. De pronto. La B.S.O. de la película. Sí, sí. 
Céline Dion se dejó oír entre las columnas, las togas pétreas, las gradas, una pareja de tórtolas y turistas vestidos para la ocasión, esto es, con vaqueros y mochila en ristre. Mientras, otra pareja, (curiosa la coincidencia) casándose, en los jardines. Ella vestía traje de novia a lo romano, con diadema en el pelo. Y me pregunté el porqué de la elección de la música; los invitados aplaudían y yo, entre curiosa, aprensiva y recelosa, me mezclé con el resto del público que asistía a una boda... gratis. 
Entre la promesa y la nostalgia

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Fotografías, de la que escribe el blog.
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Comentarios

Isabel Barceló Chico ha dicho que…
Una testigo excepcional de una boda a la romana y con espíritu romano. ¡Ya me hubiera gustado estar ahí, contigo! Besos.
María Antonia Moreno ha dicho que…
El teatro es maravilloso, pero me temo que la boda no era a la romana... sino un poco pastiche... en fin... Lo cierto es que fue un momento... ¡para recordar! Un besote