Tener en cuenta


El hueco exacto
 Uno, cuando vive desde hace muchos años en la misma ciudad, no se da cuenta. No tiene en cuenta el cielo que se recorta en la Plaza, casi como el cromo último que falta para completar el álbum. Un cromo deseado, que parece no existir, pero que sí existe. No hay que hacer negocios, ni limpios, ni sucios. Sólo perseguirlo, incansable, sea invierno o verano. Y zas. Aparece. Pero hay que estar preparado para dejarlo, también, ir.
Uno, cuando vive en la misma ciudad en la que nació, no suele mirar las fachadas, las farolas, los músicos callejeros, ni a las señoras con abrigos de pieles. Uno, ya se acostumbró a la calle en penumbra, al santo con verdín, al ajo que machan las cigüeñas en todos los campanarios de las iglesias. 
Ha de venir alguien de fuera que te señale. La voluta. El contorno. El perro pequinés y el niño de la bici. El medallón, la jovencita. 
O has de irte tú, y volver. Entonces, descubres. Que el hueco de la piedra es el exacto para darte cobijo. Que no hay más azul que ese. Y que te gusta el nido de las aves. Vaya un gusto que tienen.

La mejor casa de la ciudad

 ****
Fotos de María Antonia Moreno, un día de febrero de 2012. Plaza Mayor de Salamanca. 

Comentarios

Mar Horno ha dicho que…
Maravillosa entrada la de hoy. Yo, que soy una enamorada de Salamanca, y que no pierdo detalle de nada cada vez que la he visitado, me parece unos privilegiados los que viven allí. Y sí, ese nido, el la mejor casa de la ciudad. Con diferencia. Un besazo.
María Antonia Moreno ha dicho que…
Bueno, Mar. Ya sabes que las rutinas hacen que pasemos sin ver lo que tenemos cerca. Pero ojo. Hay que saber apreciar todo, no sólo lo propio, no nos vayamos a los extremos. Lo que ocurre es que una no es objetiva (me temo).

Un besote.
Nel Morán ha dicho que…
Ese retorno eterno a tu partida embellece tu micro, lo deja reposar en un sentimiento amigo, fuera ds todo alejamiento de tu realidad.
María Antonia Moreno ha dicho que…
Gracias por tu comentario... y bienvenido a este mi modesto blog. Saludos, Adivín Serafín.