Será que el tiempo hace que me emocionen cosas pequeñas, casi nimias. La otra tarde, una muchacha leía Jane Eyre en una biblioteca. Yo miraba su rostro y leía su emoción, su pena, su rabia. La boca entreabierta, el semblante joven y, entre sus manos, un libro.
Paseando por Zafra se me iluminó la sonrisa con las flores, las fachadas y callejones blancos, el lapislázuli del cielo y los balcones. La casa donde nació Dulce, una fuente que acompaña los sueños, unos niños sobrevolando el empedrado, el vuelo de una falda, unas risas compartidas y el taconeo decidido de una mujer que vuelve a casa a deshoras, con la luna bailoteando en sus ojos.
Una canción, por ejemplo, ésta:
La plaza grande |
La casa de Dulce Chacón |
Juegos de niños |
El hotel Huerta Honda |
Flores en cascada |
Una canción, por ejemplo, ésta:
Cosas pequeñas. O demasiado grandes.
Fotos de Zafra de Mª. Antonia Moreno
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