Tres abejas, 3

No sabíamos qué hacer, cómo aliviar ese sufrimiento que intuíamos en sus palabras y en sus gestos y modos, tan inusuales en él. Alguno de nosotros habló de avisar al cura, que aguardaba inútilmente a que los fieles entrásemos para oír la misa. No sé si fue Elvira, la panadera, o quizás Julio, el del quiosco de la plaza, pero hubo quien sugirió que lo llevásemos a su casa para acostarlo un rato. Y si no quiere. Pues en volandas, pero a este hombre le va a dar un síncope. Qué exageración. Sólo está ahí, tan tranquilo. Si no contesta. Don Romualdo, vuelva en sí. Don Romualdo.
Por fin, el farmacéutico decidió tomar cartas en el asunto y meterse donde no le llamaban, a pesar de la maldita gracia que le hacía. Ramón siempre fue hombre discreto y mesurado, que no divulgaba quién tenía hemorroides o quién se había contagiado de qué en el club de la carretera. Por eso, no se buscaba más líos de los necesarios y lícitos; los acordes con su profesión.
Pero, en este caso, todos le invitamos con la mirada a que tomara el mando. A fin de cuentas y a falta de un médico en el pueblo (más de 10 kilómetros hay que recorrer para que te ausculte un matasanos) el farmacéutico de toda la vida era y es nuestra mejor opción. Así que tras confiar el cuidado de Eloísa a Rosa, llévela a la iglesia, hágame el favor y ordenar nuestra mañana de domingo, y todos ustedes, a escuchar misa, ea; susurró en el oído del alcalde unas palabras, consiguió que éste se pusiera en vertical, le agarró con fuerza por la cintura cual enredadera abrazada a un álamo y se lo llevó, despacio y con la calma de un río viejo, dejando abandonadas a su suerte la corbata grisácea de topos y la estentórea bicicleta roja que, inopinadamente, había sustituido al cochazo habitual.
Nosotros los fieles, fuimos entrando en la iglesia en grupitos de 3 y de 4, amontonados y chismorreando como azúcar impregnada de humedad.

Comentarios

alicia ha dicho que…
Me pregunto qué le habrá sucedido a Romualdo para que pierda salud y compostura de este extraño modo..Me gusta tu relato. Es un bebedizo cálido del que probar una vez tras otra :)
María Antonia Moreno ha dicho que…
Por lo menos, espero que te entretenga...
Un beso Alicia :)