Amalia

La habían llamado muy de mañana, cuando aún decidía si quedarse en la cama el resto del día o hacer resistencia a la pereza y levantarse. Era lo lógico en su profesión, pero las llamadas de teléfono a las 6 de la mañana le ponían el humor ácido, como las primeras naranjas.
Aún así, no tuvo más remedio que apartar las mantas y poner los pies en el suelo. Se esforzó por desayunar bien, a fin de cuentas, no sabía cuándo volvería a probar bocado. Enchufó la cafetera. Encendió el tostador. Fue al cuarto de baño y provocó un conato de incendio. Sofocadas las primeras llamaradas con el extintor, el tostador fue a parar a la basura y Amalia decidió darse un homenaje. Un día es un día. Bajó a la cafetería del barrio. Churros y chocolate, Pepe.
Una hora después estaba en el coche, con una pequeña bolsa por equipaje. No necesito más, creo que así me las apañaré bien. Era muy tarde cuando llegó al destino. Se había entretenido en un par de ocasiones, accidentes inevitables, decidió. Una, en un restaurante de carretera en el que comió los mejores callos de su vida. Otra, cuando el coche empezó a dar bandazos de un lado a otro de la carretera; había pinchado. Lo importante es que ya estaba muy cerca. Atardecía cuando aparcó en el arcén, algo que no dejaba de ser conveniente. Amalia cogió la bolsa, la echó sobre su espalda y comenzó a caminar campo a través. Lo cierto es que esto es bonito, pensó. Ironías, concluyó. Amalia iba despacio, deleitándose en las espigas amarillas, su trenza bailoteando al ritmo de su caminar. Una sola cerilla y zas. Todo negro. Quería acercarse con sigilo a la casa, sin que nadie la viera. Entonces, iría a la parte posterior donde alguien le habría dejado la puerta entornada. Con un poco de suerte, les pillaría cenando. Y entonces, zas. Rió para sí. Un solo tiro bastará para matarlo.

Comentarios

alicia ha dicho que…
Qué buen giro de tuerca! Curiosamente un amigo me habló de una historia similar en estos días... Me ha sorprendido
María Antonia Moreno ha dicho que…
Bueno alicia... no deja de ser un guiño a esos relatos policíacos que nos entretienen una tarde cualquiera, tal vez una como la de hoy
Isadora ha dicho que…
Total, cada cual trabaja en lo que sabe, y hoy en día en lo que puede, que ya es demasiado. En su caso se ve que su personaje, Amalia, es una profesional como la copa de un pino: callos, bandazos, y ni le tiembla un poco el pulso. Así da gusto.
María Antonia Moreno ha dicho que…
Sí es una buena profesional... en lo suyo!
mejor no cruzarse en su camino, jeje
Sirena Varada ha dicho que…
Vaya! Amalia, es todo un personaje: lo mismo se come unos cayos que capta con sutileza la ironía del destino.

María Antonia, una pena que el relato sea tan cortito.

Un abrazo
María Antonia Moreno ha dicho que…
Querida Sirena, ya sabes... hay cosas que salen así!! Otro abrazo para ti