Elogio a la sandía

¿De qué ríe la sandía cuando la están asesinando?
Pablo Neruda.

Roja, moteada de pequeñas pepitas (pecas de muchachita), reverbera agua fresca cuando la niña bonita la hiere a mordiscos impenitentes.
Es un gozo ver al muchachito convertirse en Drácula. Quién lo diría. Se llama Pablito, tiene 7 años y vive en Alcalá, pero los veranos son del pueblo, de las bicis, de la piscina, de los helados de limón, de las correrías en el parque después de cenar y de las sandías frías de postre.
La sandía es pesada como una tarde de verano a 40 grados. Como ella, atesora la promesa de un insólito chapuzón; en la piscina o en el patio, en el arroyuelo o en el mar; en su agua roja salpicada de pecas de muchachita que tiene la virtud de volver dráculas a los niños despistados.

La foto y un artículo interesante sobre la sandía, aquí:
Educación Física. Juan Antonio Cisneros

Comentarios

Isabel Barceló Chico ha dicho que…
Encantador y refrescante post, m! antonia. La sandía es mi fruta favorita, así que puedes jurar que me draculizo todos los días al menos un par de veces, aunque, de momento, no me he acomodado el ataúd. Besitos, guapa.
Melima ha dicho que…
q ternura!!!!!!
amo las tardes de verano comiendo sandia sentada en el pasto!!!!!!!!!

besos y perdon por mi ausencia!! (ando un poco vaga jaja)

Aurefaire :D