Como un personaje de Auster, 4 y final

Así que aquí estoy, triste y melancólico, porque no sé, no puedo saber a ciencia cierta si ella me ha abandonado porque se ha enamorado de otro, porque nunca me quiso, no, o tal vez me quiso en otro tiempo tan lejano que ya se le olvidó, o quizás se levantó una mañana y me miró y ya no me conocía, o no, o resulta que la verdad es más sencilla y más compleja, que es lo que me dijo, que perdía mucho tiempo en los autobuses, que ya estaba mayor, que necesita asentarse, que no podía seguir así, con dos casas abiertas, con dos hombres a los que atender, con dos historias comenzadas y el corazón dividido. Y sería de risa, pero para morirse, pero de risa total, si esto le estuviese pasando al auxiliar administrativo que me cae tan mal o al vecino del quinto que sacude el mantel encima de mi cabeza todos los días, o si lo hubiera escuchado en la tele en uno de esos programas a los que va la gente a desnudarse impúdicamente, para contar cómo es que engañó a la mujer o al marido, o cómo es que descubrió que su marido es gay o transexual, pero vamos, que venga Camela y le cante una canción, perdóname, entiéndeme y ya está, le pido que vuelva, que se case conmigo, que lo olvide, que me entienda, y como me están viendo los vecinos y los compañeros de trabajo y de partida y la familia, pues va ella, o él, o ellos y lo comprenden, me perdonan, o al menos, me disculpan. Y ya está.
Como una historia de Auster, pero en blanco y negro, con el mismo desarraigo y perplejidad, ella Juanita, yo Paco. Y sigo vagabundeando por mi ciudad, por ver si vislumbro un resquicio, algo, un signo, una señal, que permita que se cuele el olvido. Dulce y anhelado.

Comentarios

Isabel Barceló Chico ha dicho que…
Un relato sensacional. Desde luego es amargo y es comprensible la perplejidad de Paco ante el argumento tan simple e hiriente de Juana. ¿Y en qué Salamanca viviría Paco, en cuántos metros de esos cuarenta de su casa, para no haberse dado cuenta, nunca, de lo que estaba pasando? Quizá sí, vivía en una novela de Auster. Besos, querida amiga.
Anónimo ha dicho que…
El olvido no se cuela así como así, como todo lo demás, hay que saber olvidar.

La realidad siempre supera toda ficción bien los abe Paco.

Un sentido relato.

Cecilia
María Antonia Moreno ha dicho que…
Querida Isabel, gracias por tus comentarios y por tus lecturas atentas. Creo que sí, que Paco vivía en otro mundo, distinto al de Juana...
Un beso, Isabel y gracias por venir, ahora te visito... a leer tus historias romanas!
María Antonia Moreno ha dicho que…
Gracias, amiga. Está basado en un hecho real... tan real, como la vida misma.
Un abrazo, Cecilia...
Sirena Varada ha dicho que…
¡¡¡ Artista !!!
Qué pedazo de historia... Debería estar prohibido escribir así.


Un abrazo
María Antonia Moreno ha dicho que…
Sirena!!! Si supiera poner un emoticón sonrojado, lo haría... ufff

Muchas gracias por leer estas palabras...

Un abrazo