El tiempo es oro. (El blog de Sara IV)

Los años pasados me había instalado en un conformismo tranquilo, arrastrando las pequeñas incomodidades, evitando protestar más allá de lo razonable. Quizás por eso la furia que me dominó después tardó tanto en evaporarse. Por fortuna un buen día me desperté y no estaba. Pero tardó.
De la cólera saqué las fuerzas para ordenar nuestra vida. Había que traer dinero a casa. Recordé a un matrimonio asiduo de las cenas de los sábados, dueño de una cadena de supermercados en la ciudad. Localicé el número de la oficina de la sede principal, concerté una cita y la mañana de la entrevista me arreglé con cuidado tras dejar a la niña en el colegio. Fue fácil conseguir trabajo, después de todo. El gran hombre me esperaba sentado en el extremo de una larga mesa, la tripa prominente, la cabeza con forma de huevo, la doble papada. Desde las alturas, un cartel advertía: El tiempo es oro, no me haga malgastar el mío. Por supuesto. Conversamos insustancialmente durante un par de minutos. Él tenía prisa, yo más. Me aconsejó que buscara otro trabajo menos duro. El gran hombre no se imaginaba a la antigua anfitriona de collares de perlas en cuclillas, fregando la última estantería. O arrastrando carros repletos de cartones de detergente. Natural. No importaba que fuera duro, terrible. Así tendría menos fuerzas para pensar. No se lo comenté, claro. Le miré los ojos bovinos y con el tono duro que ya acostumbraba a utilizar le dije, si no hago bien mi trabajo, me despides y punto. Creo que le dejé por unos momentos perdido en pensamientos: aquellas noches lejanas en las que conoció a una mujer de voz suave que ofrecía canapés. De acuerdo, balbució.

Comentarios

Poledra ha dicho que…
A veces, cuando estras en un blog..te encuentras con algo que te hace querer leer mas, y mas...llevo media hora navegando por tu blog.

Prometo volver.

:-)
Isabel Barceló Chico ha dicho que…
Hace falta mucho valor para hacer lo que hizo Sara: bajar en picado de su estatus. ¿Una expiación?

Interesantísimo como siempre, y magistramente escrito. Besos, querida amiga.
Aurefaire ha dicho que…
me gusta.. seguire por aca...
besitos de hada amiga
María Antonia Moreno ha dicho que…
Isabel, gracias... bien, a ver si opinas de ella eso más adelante... aunque sí, mi intención era crear una mujer valiente...
enhorabuena por tu texto!
un abrazo
María Antonia Moreno ha dicho que…
Hola, Aurefaire!
besos, gracias por estar