Des-aparecer o cómo escapar de la trampa de la Navidad

El otro día me quede sin café. Sin té. Y es lo que tiene.
El Nescafé de toda la vida. Un sobre, descafeinado. Detrás, des- aparecer.
Y estoy de acuerdo.
Quitarme de enmedio y que nadie sepa donde estoy.
Ni móvil, ni teléfono, ni mapa, ni ruta. Sólo yo. Y que me busquen.
Diría Arturo Pérez-Reverte: no me cogeréis vivo.
Pues eso.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me acaban de recomendar tu blog. Leí algunos de tus cuentos. Me encantan!
Más tarde, me zambulliré en este blog.

Gracias por tu escritura.
Anónimo ha dicho que…
Ay, que se nos quiere marchar a por tabaco y no volver...hay que ver, con lo que te queremos....

Un besoooo

PS: no dirás que no te hago publicidad, eh?
María Antonia Moreno ha dicho que…
Gracias... huy, que sonrojo...

Bienvenida a mi casa, Corsaria.
Siempre que quieras
Un beso
María Antonia Moreno ha dicho que…
Hola, Ceci!!!!
En fin, tú ya sabes que va de farol...
gracias guapa
un beso