La rubia de ojos negros



Marlowe es un tipo atractivo. Marlowe es un tipo duro. Marlowe es un detective que bebe demasiado. Marlowe viste bien. A Marlowe le gustan las mujeres delgadas, altas, con buen porte, inteligentes y elegantes. Que vistan bien. Que atesoren un secreto (o dos). Marlowe siempre se está yendo. Marlowe siempre está regresando. Marlowe conoce como nadie la naturaleza humana. Y, como nadie, Marlowe se deja engañar. 
La última del maestro Chandler, ha sido escrita por otro maestro, Benjamin Black (John Banville). 

En el despacho, una tarde plomiza en la que el tiempo parece detenerse, Marlowe recibe la visita de una rubia  rica, elegante, con clase, y de ojos negros. La búsqueda a la que ha de entregarse el detective de sombrero y traje impecable tiene que ver con un amante huido o, quizás, muerto. A partir de ahí, ambientes sórdidos de la más elevada sociedad y de la más baja; personajes despreciables y algún que otro que muere demasiado pronto, o demasiado tarde, para evitar serlo, o parecerlo. Sangre, dolor y nuestro Marlowe herido una y otra vez, en cuerpo y corazón. 

Un gustazo.  


***
***

Comentarios