Lloverá
sobre un futuro probable. La sierra luce verde y con bruma, más propia de
Escocia que de Madrid. Las laderas rezuman agua y el ánimo se anega de suave
melancolía. Lloverá y tú y yo sentiremos nostalgia de un futuro que no
conocemos, pero que imaginamos podría ser todo lo que quisimos, lo que soñamos.
El conductor del bus frunce el ceño y contesta con ganas de ser antipático. La
carretera divide en dos el paisaje como la canción que hiere sin palo ni
piedra. Culpa, culpa mía, culpita.
Lloverá
sobre ti y sobre mí, en algún lugar del mundo. En algún lugar del Universo
futuro habrá otro u otra como tú y como yo, que vivirán esos días que están por
soñar. Lloverá y sentirás extrañeza porque no sabes qué esperas, qué aguardas,
el porqué de esa punzada en el costado. Todo se resume en una palabra que
llueve, hoy, sobre ti. Sobre mí. Pues se puede tener nostalgia de un futuro
ignoto que se adivina difícil de alcanzar. Nostalgia de un futuro azul en elque anclar. Sin culpa. Sin pena. Sin dolor. Azul. Nostalgia. Verde y con bruma.
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