Casablanca. La película que llueve frases sobre el amor y la vida. El espectador asiste fascinado a la belleza en blanco y negro de la Bergman y la atracción irresistible e inexplicable del fumador que hoy en día no tendría cabida en el cine. Lástima. Los vicios son tan literarios. Casablanca y sus frases, si estuviésemos hablando de dosmildoce, hablaríamos de tuits. Primeros planos para el amor, la desesperación, la incertidumbre, la traición, la soledad, el abandono, la doble vida, la lealtad y la farsa. Y el héroe cansado, triste y melancólico que bebe como un alcohólico, encendiendo un cigarrillo tras otro. Y otro más. Y ese pianista que no quiere recordar cómo el tiempo pasa.
Este puede ser el inicio de una buena amistad. De todos los locales del mundo ha tenido que entrar en el mío. Los alemanes vestían de gris y tú llevabas un vestido azul. Tócala otra vez, Sam. Siempre nos quedará París. Y Casablanca. Y pensar que, aunque el mundo entero se derrumba... aún queda esperanza.
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Un abrazo fuerte.
Abrazos