Se ha quedado solo. Le han quitado el sombrero que solía llevar al desgaire, con estilo propio, aristocrático. Le hacía tan interesante. Le confundirán con el otro.
No hay más qué decir. El adverbio se ha quedado solo y se ha hermanado con el adjetivo. Quizás este sentimiento de soledad pensando en el pobre adverbio, sin tilde y lloroso, no sea más que una melancolía pasada de moda. Tal vez todo se arregle cambiándole el género y uniéndole el mente. Pero me resultan tan cargantes estupendamente, gradualmente, temporalmente, eternamente... Quizás no queda más que hacerse a la idea. La soledad ha alcanzado al adverbio.
No hay más qué decir. El adverbio se ha quedado solo y se ha hermanado con el adjetivo. Quizás este sentimiento de soledad pensando en el pobre adverbio, sin tilde y lloroso, no sea más que una melancolía pasada de moda. Tal vez todo se arregle cambiándole el género y uniéndole el mente. Pero me resultan tan cargantes estupendamente, gradualmente, temporalmente, eternamente... Quizás no queda más que hacerse a la idea. La soledad ha alcanzado al adverbio.
Comentarios
Puedes estar segura de que serás un personaje en mi próxima novela. Te avisaré. No empezaré hasta febrero, más o menos, pero os daré tiempo para decidiros y elegir. Un abrazo muy fuerte.
Muy bien traído.
Abrazos