Vuelves en la mañana. Vuelves.
Para quedarte, dices.
No vale la pena recrear en una farsa aquello que se extravió.
Cuánto te perdiste de mí. Qué pena.
Si pensabas que tú y yo llevábamos caminos distintos,
y estuve junto a ti
todos los días,
todas las noches de aquel año,
imagina.
Estuve enferma, sané.
Me compré un rosal enano. Me dio tres flores amarillas.
Se secó.
Fui a la montaña
grité
estaba sola.
Reí. Lloré.
Imagina.
Después de todo lo que he vivido sin ti,
imagina qué cavilo ahora.
Para quedarte, dices.
No vale la pena recrear en una farsa aquello que se extravió.
Cuánto te perdiste de mí. Qué pena.
Si pensabas que tú y yo llevábamos caminos distintos,
y estuve junto a ti
todos los días,
todas las noches de aquel año,
imagina.
Estuve enferma, sané.
Me compré un rosal enano. Me dio tres flores amarillas.
Se secó.
Fui a la montaña
grité
estaba sola.
Reí. Lloré.
Imagina.
Después de todo lo que he vivido sin ti,
imagina qué cavilo ahora.
Comentarios
No hay enigma...
De veras.
Un beso