Los chiquillos de Morelia se repartieron entre familias caritativas cuando la institución que nos acogía cerró. A Rosalía se la llevaron lejos, tiempo después supe que a una hacienda de cacao en Veracruz; yo me quedé en Morelia y tuve suerte; perdí a mi única amiga y me topé con unos padres y hermanos mejicanos. Siempre restando cariño para sumar briznas de ternura. Siempre despedidas y encuentros, hallazgos y pérdidas. Mi vida no fue mejor ni peor que otras. Me enamoré, tuve hijos. Luché y trabajé, hubo momentos duros e instantes muy dulces. Y en el corazón, un pequeño alfiler pinchaba sin rendirse al paso del tiempo.
Ahora he vuelto a despedirme. Dejé a mis hijos en Méjico, el país que me abrazó y he vuelto a España, la patria que abrió sus brazos para dejarme ir. Más de cuarenta años soñando con el olor a leche caliente y limón en mi pueblo de naranjos. He recibido postales de algunos amigos que hice a lo largo del camino. Juan, que ya se jubiló y mira al Mediterráneo, María que recorre Madrid con asombro, ¡cuánto cambió!, Jacinto viaja (eterno peregrino) sin decidirse a permanecer, Ana que visita a su familia de Cartagena y Rosalía, junto con la cuchara para remover el arroz, me envía una imagen de Lugo. Formamos un ramillete colorido los niños de Morelia. De aquí y de allí. Del país soñado y del país vivido. Imaginando volver, construimos nuestras historias allende los mares.
El arroz ya se enfrió. El sol se oculta tras las montañas de la serranía y en el umbral de casa me siento con la cuchara de madera que mi amiga del alma me cedió. El postre está cremoso, sabe a canela y limón y hasta mí llega el olor de las flores de azahar y, huummmm, me he encontrado una dulce sorpresa blanda...
Comentarios
Gracias mil...
Un beso.
gracias por seguir el postre...
y para ti, no te salves, por supuesto, sin canela...
besos!!!!
Besitos de hada
la esperanza... es lo que nos mantiene...
besos
bonito eso que dices!
pero en realidad... soy tan, tan sencilla... ji ji
Un beso
creo que la protagonista se sintió agradecida por volver a su pueblo de naranjos y reconfortada por el recuerdo de su otra patria... y al fin y al cabo, la vida es elegir, abandonar y encontrar...
muchos besos